Pienso, como seguidor del fútbol venezolano, que este cambio de nombre es una falta de respeto a la historia no solo de un club, sino la historia de nuestro balompié. Y lo digo porque esto es solo otra historia que lamentablemente no se deja de repetir. Estoy hablando de la influencia de la política en nuestro deporte.

Nadie niega que para darle impulso a un determinado club exista el apoyo de los entes gubernamentales, pero debe ser un aporte consecuente y que además no influya en los colores, nombres o recintos para su desarrollo.

Pasó hace menos de dos años con la quiebra de un equipo ganador, que llenaba el estadio, vestido con marca internacional y lo más importante, ganaba. Estoy hablando del Unión Atlético Maracaibo que, con la salida del alcalde Di Martino el equipo quebró y ahora lucha por ascender.

Pasó la temporada pasada con otro histórico: Estudiantes de Mérida. Jugadores que dependen de un presupuesto de la gobernación para cobrar su sueldo.

Sin hablar del Portuguesa , o Zamora ( un equipo que juega bien , anima el torneo y juega copas internacionales, pero que pasará cuando la Gob del estado cambie de manos sea hoy, mañana o pasado)

Es lamentable que la alcaldía de Sucre haya tomado esta decisión. Ojo, no estoy en contra de sumar a Petare como fuente de aficionados y arraigo popular, pero porque no invertir en instalaciones deportivas, crear canteras que se identifiquen con los colores, llevar al primer equipo a conectarse con la barriada (eventos, etc), y por último: CONVERTIR UN EQUIPO EN UN CLUB DE FUTBOL.

Seguramente el Ital/Petare será un animador del torneo, pero ¿Por cuánto tiempo? ¿Hasta la próxima reelección?

Daniel Moreno