Copa Internacional- Uefa Champions League (UCL) Parte II

Gerlestat escribió:

P.D.: Drogba es un jugadorazo, con o sin ese par de goles se cotiza en mas de 40 millones de Euros... Junto a Radamel Falcao en mi opinión, y en opinión de muchos, el mejor 9 de área del futbol actual, y viene siéndolo desde hace unos cuantos añitos!!!

omarcio escribió:

Gerlestat escribió:

P.D.: Drogba es un jugadorazo, con o sin ese par de goles se cotiza en mas de 40 millones de Euros... Junto a Radamel Falcao en mi opinión, y en opinión de muchos, el mejor 9 de área del futbol actual, y viene siéndolo desde hace unos cuantos añitos!!!

Súper jugadorazo. A veces se pasa de revoluciones y mete en rollos al equipo con las faltas que hace, como el penal de hoy, aunque no fue taaan penal para mí.

No sé si pillaron el abanico de recursos que tiene Drogba, en menos de un minuto hizo 3 jugadas que son claves para mí para un delantero (consciente) completo: con el defensor en la espalda y al borde del área lo llevó hasta atrás para darle el espacio al volante (creo que era Mata) que venía llegando para el remate. Inmediatamente después en la mitad de la cancha del Bayern hizo un pechazo para devolver la pelota al medio e inmediatamente después devolvió con un cabezazo hasta la última línea de la defensa.

Gerlestat escribió:

Psilocybe escribió:Pastelero tu no eras del Manchester United??? xD

El Chelsea no es rival del Manchester United (Liverpool si lo es, Leeds tambien y por supuesto el Shitty)...

Toda mi familia inglesa es del Chelsea, y estoy muy feliz por ellos, ellos fueron los ke me llevaron a ver mi primer partido de futbol, precisamente un Manchester vs Chelsea en Stamford Bridge!!!

Chelsea: un campeón a su modo

Por: Eduardo Biscayart on Tuesday, May 22, 2012 at 2:48pm ·


En el fútbol – como en la vida – la suerte puede llevarlo a uno hasta un cierto punto. Sin embargo, gracias a la suerte no se gana un torneo tan difícil y prestigioso como la UEFA Champions League. No caben dudas que el modo en el cual el Chelsea FC se quedó con la 57ª edición de la competencia más importante del mundo a nivel de clubes puede llegar a ser discutido. Sin embargo, no creo que sea prudente cuestionar los méritos de la conquista del equipo que Roberto Di Matteo supo llevar a la cima de Europa.

La historia del Chelsea es conocida por casi todos los futboleros. El club fue adquirido en 2003 por el magnate ruso Roman Abramovich. Desde entonces, el dinero invertido por Abramovich en Chelsea ha superado los 1000 millones de Euros.

El objetivo del millonario empresario fue claro: trascender a través de la universalidad del fútbol. Para ello no tuvo empacho en contratar a los mejores entrenadores disponibles, como fue el caso de José Mourinho, Luiz Felipe Scolari, Guus Hiddink, Carlo Ancelotti o André Villas-Boas.
Lo propio hizo con los futbolistas, entre los cuales resaltan los nombres de Didier Drogba, Juan Sebastián Verón, Petr Čech, Arjen Robben, Hernán Crespo, Ashley Cole, Andriy Shevchenko, Michael Ballack, Fernando Torres o Juan Manuel Mata.

Con un presupuesto ilimitado el Chelsea debía ser una empresa exitosa. Y poco a poco logró serlo. En 2005 arribaría el segundo título de Liga en la historia del club (tras el ganado en 1955). Ese éxito se repetiría en 2006 y 2010. Asimismo, la FA Cup se obtendría en cuatro oportunidades (2007, 09, 10 y 12).

Sin embargo los sueños de Abramovich eran mayores; Roman quería tener a Europa a sus pies. Necesitaba ganar la Champions. Y esa conquista llegaría del modo más improbable: de la mano de un técnico interino y al cabo de la peor temporada en liga desde que el millonario ruso desembarcó en el club londinense.

El ítalo-suizo Roberto Di Matteo – ex jugador de la casa – resultó ser el arquitecto del “milagro”. La temporada 2011/12 venía muy mal. En marzo de 2012 los dirigentes tomaron la decisión de despedir a Villas-Boas y de reemplazarlo por su asistente. Di Matteo apeló al “espíritu del jugador” y le devolvió la fe a sus futbolistas. Pero, aunque se diga que la fue mueve montañas, queda claro que una Champions no se gana solo con rezos.

Di Matteo interpretó que el equipo debía jugar con un principio muy simple: el de explotar sus virtudes y minimizar sus errores. Del dicho al hecho hay mucho trecho, pero Roberto supo meterse en la piel de los jugadores para obtener un compromiso total de parte de los players.

Chelsea tocó fondo y de ahí salió con la fuerza necesaria para alcanzar la cima. El punto más bajo llegó tras las derrotas del 21 de febrero ante el Napoli por Champions y la del 3 de marzo ante West Bromwich Albion por la Liga. Estos resultados motivaron el despido del portugués Villas-Boas.

A partir de ahí, el novel Di Matteo lograría lo que el resto de los ilustres entrenadores no pudo. Pero mientras la conquista europea del Chelsea es indiscutible, lo que se objeta desde algunas tribunas puristas es la forma. El cuadro azul superó las semifinales y final asumiendo una posición de inferioridad ante sus adversarios, Barcelona y Bayern respectivamente. ¿Había otra alternativa para superarlos? Es probable que la respuesta sea “no”. Chelsea no fue futbolísticamente superior a sus dos últimos rivales, pero sí logró que sus adversarios no consiguieran superarlo. Ahí estuvo la clave.

El Chelsea de Di Matteo pasará a la historia como el campeón de la eficiencia. Como aquel equipo que supo capitalizar los errores rivales y que asimismo cometió muy pocas fallas – o al menos fallas costosas.

En la semifinal de vuelta Chelsea estaba virtualmente eliminado y con un hombre menos en Camp Nou tras el gol de Iniesta a los 43 minutos. Sin embargo clasificó a la final sobreponiéndose a todo, incluso a un penal que falló el mejor futbolista del mundo (Lionel Messi). Ante el Bayern, Chelsea también estaba casi hundido tras el 1-0 de Müller a los 83 minutos, pero Drogba empató al minuto 88 al conectar un cabezazo en el primer corner blue de la noche. Y no solo eso… el equipo londinense sobreviviría a un penal en el minuto 95 que le daría vida a la definición que decidiría al ganador de la copa.

Un equipo con un carácter semejante no merece perder, aunque para muchos haya mostrado pocos atributos futbolísticos como para ganar.

La historia estaba escrita de este modo. Luego de los nombres consagrados, quien daría el título al Chelsea de Abramovich sería Di Matteo, un entrenador interino. Y en lo que parece ser el último acto de Drogba vestido de azul (uno de los símbolos futbolísticos de la era del magnate), el “elefante” marfileño sería el encargado de convertir el tiro de la victoria.

Es probable que todos los millones de Abramovich no hubiesen podido plasmar una historia más fantástica que esta. El Chelsea es el campeón. Indiscutido. Y a su modo.